La prensa en el siglo XX

En 1912 se fundó el Diario del Plata, cuya redacción e imprenta estuvieron instaladas en el ala izquierda del Teatro Solís. La empresa editora, dirigida por Juan Andrés Ramírez, publicaba también un vespertino, El Plata, que en 1914 comenzó a salir como matutino. Este ultimo trato temas políticos y económicos, pero dio preferencia a los literarios y sociales, atendiendo con generosidad la información deportiva.



El órgano de expresión de la corriente política escindida del Partido Colorado Vallista, que se denomino Partido Colorado Rivera, fue el diario La Mariana. Comenzó a salir en 1917 y, según seisavaba Pedro Marini Ríos en su primer número, el periódico respondía a los «principios políticos, económicos y sociales de un grupo de ciudadanos que han entendido dar a su causa lo mejor de sus entusiasmos y lo más puro de su desinterés.



En 1918 apareció de nuevo el diario El País, en esta segunda etapa vinculada al Partido Blanco. Uno de sus jóvenes fundadores, el diputado Washington Beltrán, se vio envuelto en un histórico debate periodístico que culmino, en 1920, en un duelo caballeresco a pistola, en el que falleció como consecuencia del disparo efectuado por el director de El Día, José Batlle v Ordoñez. La rica y fecunda historia del diario El País se ha proyectado hasta el presente, y en la actualidad sigue ostentando en sus páginas la divisa que reza «primero siempre».



En 1922 el dirigente socialista Emilio Fregona fundo el diario El Sol. Un afeo mas tarde apareció un nuevo vespertino, El Diario, cuya publicación corra por cuenta de la Sociedad Editora Uruguaya (SEUSA), que por entonces editaba La Mariana. En sus comienzos mostro un carácter noticioso ligero y variado y se distinguió por su primera plana, exclusivamente grafica, al modo de los vespertinos estadounidenses. La clave de su éxito fue una vasta información deportiva y turística, así como una atrayente sección policial.

Manuel Oribe

Nació en Montevideo el 27 de agosto de 1792, en el seno de una adinerada familia de militares de carrera. Su padre sirvió a la Corona española en Lima, ciudad en la que vivió Manuel su primera infancia hasta que, al morir su progenitor, regreso con su madre y hermanos a Montevideo. Siguiendo la tradición familiar, ingreso al ejército español y más tarde fue uno de los jefes revolucionarios con formación militar de carrera.

En 1811 el y uno de sus hermanos se integraron al ejército revolucionario artiguita. Durante la invasión luso brasileña permaneció en Buenos Aires, y en 1825 acompaño al general Juan Antonio Lavalleja en la Cruzada Libertadora, destacándose como militar.



Durante la primera presidencia de Fructuoso Rivera ocupo el Ministerio de Guerra y Marina y en 1835 fue designado segundo presidente constitucional de la Republica. Su mandate se vio interrumpido por los levantamientos riveritas y en 1838 debió renunciar a su cargo refugiándose en Buenos Aires, donde fue acogido por el gobernador Juan Manuel de Rosas.

Se initio así la Guerra Grande, y el ejercito arribista sitio a Montevideo en 1843, cerco que se extendió hasta 1851. Oribe siguió considerándose durante este periodo presidente constitucional y organizo el gobierno del país en el Cerrito. Una vez finalizada la guerra se retirad a su quinta de Miguelete y más adelante residió en España. Regreso al Uruguay en 1855 y firmo con el general Venancio Flores el Pacto de la Unión, por el cual ambos caudillos renunciaban a ser candidatos presidenciales en un intento por apaciguar la convulsionada vida política uruguaya. Murió el 12 de noviembre de 1857.